Por Miguel González Moraga

    En la época de las redes sociales los medios tradicionales aún son los preferidos para que cualquier persona se informe sobre asuntos políticos, de acuerdo con estudios de la Asociación Doses.

    Pese a esa certeza, en poco se aporta al afianzamiento de prácticas democráticos cuando la prensa decide a qué candidatos y partidos darles cobertura positiva, de quiénes reportar desde ángulos negativos o excluir a opciones políticas que los mismos medios definen como minoritarias. O cuando algunos medios establecen a quién y cómo darle cobertura a partir de “lo que dicen” las encuestas. Ejemplos de eso se pueden constatar en los reportes de monitoreo de medios que lleva a cabo Doses, una de las organizaciones que integran la coalición cívica Mirador Electoral.

    Tampoco se contribuye a la cultura democrática cuando se privilegia la difusión de propaganda disfrazada de información periodística, práctica perversa y poco profesional, en particular del monopolio de hecho que es la TV abierta.

    En el actual proceso electoral se necesita no solo divulgar lo que digan algunos personajes que aspiran a cargos públicos —sus temas de campaña, desde visiones urbanas y excluyentes—, sino exponer las demandas y necesidades ciudadanas —los asuntos de fondo que merecen atención, con propuestas y soluciones viables—.

    Aparte de la información estrictamente periodística, en los procesos de elecciones no faltan quienes, desde las sombras y con impunidad, se valgan de cualquier triquiñuela para tratar de difundir mensajes que favorezcan a sus partidos y candidatos y, al mismo tiempo, para desprestigiar a rivales, incluso sin sustento.

    Eso último es lo que se conoce como campaña negra (incluidas las Fake News), pues se opera al margen de cualquier consideración legal o ética. Para el presente proceso, las descalificaciones, en particular a través de las redes sociales, serán moneda corriente. Ni más ni menos, desinformación.

    Por lo anterior, es conveniente resaltar los esfuerzos de Confirmado (@confirmadogt), Plaza Pública (@plazaúblicaGT) y Agencia Ocote (@agenciaocote), quienes se dedicarán a verificar el discurso de aspirantes a puestos públicos y a desmontar las llamadas Fake News, y también Artículo 35 (@articulo35), con información sobre candidatos presidenciales, entre otros asuntos.

    En un proceso electoral marcado por la incertidumbre, se requiere una prensa equilibrada, que le facilite a la ciudadanía información para que tome mejores decisiones, incluso para votar. De esa cuenta no está de más recordar que quienes nos dedicamos al periodismo somos parte de la ciudadanía y no competidores ni sustitutos de los políticos. Y nuestra obligación es informar bien.

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