Busco candidato a la presidencia

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    Por Juan Manuel Castillo

    Escribiendo en Vox Populi

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    Un ya trasnochado 9 de noviembre de 2003, mi hermano y un grupo de amigos nos levantamos temprano, nos despabilamos y posteriormente nos reunimos para emitir nuestro sufragio. Tenía 19 años. Un sentimiento injustificado de emoción y entusiasmo me hizo acudir al centro de votación.

    Ese que creía que iniciaría una serie de cambios a beneficio de los guatemaltecos. Desde luego estaba equivocado he de admitir que fue efímeramente lindo estarlo, siempre es lindo creer y tener esa esperanza que ahora es retórica.

    Creí y fui a las urnas a mal escoger al que sería el presidente por los cuatro siguientes años. Esta también fue la única vez que vote con entusiasmo y la única que marqué con una equis el rostro del candidato ganador.

    Después crecí y dejé de soñar, se adormeció la esperanza infantil y soñadora de aquella primera elección. Cada cuatro años acudo a las urnas el mismo marasmo y frustración a marcar con una equis al que considero “menos malo”, pero a sabiendas que no tendrá oportunidad alguna de meterse al anhelado balotaje.

    La historia se repite en 2019 y esa desesperanza me invade otra vez, quizás con más fuerzas que la elección anterior, como si los años que pesan ya sobre mis desgastadas articulaciones aumentarán estos sentimientos que hoy me invaden.


    Cada cuatro años me invade el deseo de publicar en las páginas de clasificados mis aspiraciones para contar con un candidato que me represente. He estado a punto de hacer la inversión y he pensado mentalmente como debería ser la descripción de esa persona.

    Hoy por primera vez y gracias a este generoso espacio de opinión plasmaré por escrito los términos de referencia que busco para encontrar a persona proba y digna que aspire ilusamente a dirigir el país.

    He de aclarar que al referirme a alguien iluso hago referencia al significado textual del DRAE: “Propenso a ilusionarse con demasiada facilidad o sin tener en cuenta la realidad”, pues solo alguien con esta descripción podría en realidad actuar de buena voluntad.

    Solo alguien que desconozca el sistema político perverso en el que estamos inmersos podría representarme, porque solo la  ignorancia de esta realidad lo llevaría a buscar con ilusión un ideal imposible.

    Además busco en esta persona:

    • Que su humanidad sea superior a cualquier cosa
    • Que sirva con naturalidad y no por obligación
    • Que se siente en la misma mesa con la persona que le ayuda en casa
    • Que sea capaz de servirle el desayuno a sus “subordinados”
    • Que entienda que las clases sociales son más un circunstancialidad que un tema meritorio
    • Que salude, desde luego fuera de cámaras, al común, al de a pie, al pobre, al indigente, al vendedor de comida, al lustrador y a todos con el mismo amor y respeto con el que le tomaría la mano a un representante de la monarquía europea
    • Que se apasione por la vida, por el servicio y por el amor
    • Que se conmueva con el paciente de esa cama de hospital
    • Que abrace a la viuda, al huérfano, al enfermo
    • Que se agache para recoger el tiradero de la anciana
    • Que tenga la capacidad de amar a su enemigo
    • Que sea tolerante y respetuoso con las personas que no piensan como él
    • Que comprenda al que le ataca
    • Que nunca descalifique
    • Que ponga la otra mejilla y
    • Que actúe solo inspirado por su convicción


    Si conoce usted a alguien con estas características o bien goza de estas cualidades que busco cada cuatro años con desesperación, por favor envíeme un mensaje, porque ya sea esta o en la otra vida usted será mi candidato, sin importar que tan bajo termine en la elección.

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