Por Dalila Huitz
Acaba de empezar la contienda y ya la ciudadanía comenta en redes sociales lo cansada que se siente de la propaganda tan mala que circula. Por una parte, aparece el candidato Roberto Arzú subido en un bus tratando de hablar con una señora que ni siquiera lo ve a la cara y una niña a la que él desea hacerle algún cumplido pero que lo ignora, realmente qué mala fotografía acompañada de su propio escrito “…la forma correcta de hacer política, que es de frente y en persona”.
El presidenciable Julio Héctor Estrada se subió a un bus (y no de la ruta 40R) a entregar cartas a los potenciales votantes, además de circular su anuncio del cambio de llanta para parecer un ciudadano “como cualquier otro”, inaugurar una calle en Chinautla y estrenar un video de su paso frente al Fondo Monetario Internacional (FMI) en Washington, DC, Estados Unidos, en donde intenta entrar por una puerta que está cerrada para personal externo. Y Dónde queda el alcalde de Mixco, se le ha comparado a botonetas y súper héroes, como si los niños fueran a votar por él, y qué decir de la Unidad del Cambio Nacional (UCN) que ha utilizado a personas de talla pequeña para promocionarse, o la panel blanca donde está estampada la fotografía de Zury Ríos, vaya forma de proyectar la seriedad de sus candidaturas.
Pero aparte de todo eso, lo que más me llama la atención, es el comunicado del pasado 27 de marzo que publicó el Movimiento Semilla, no obstante, no han tenido que recurrir a los dibujos animados, la explicación no pedida estaba un poco demás, y es que, Semilla mostró su pena por no tener candidatas mujeres para ocupar puestos tanto “en la corporación municipal como en el Distrito Central” de Guatemala, como parte de la paridad de género que ya es replicada en otras culturas a nivel mundial.
Lamentar el hecho de que sus candidatas hayan declinado y no tener opciones para equiparar la fuerza, marca una debilidad y deja ver que el interés de llenar cuotas va más allá de lo que pueden generar como partido en materia de inclusión, aunado a la desesperación que se deja plasmada en el comunicado tras indicar que, llegaron al punto de “realizar convocatorias extemporáneas” pero, las posibles candidatas “declinaron”, en otras palabras, a nadie le interesó participar.
Entonces según percibo, la etiqueta de Semilla “#HagamosCiudad” podría convertirse en: #HagamosCiudadSinMujeres porque nadie quiere participar, aunque se hizo todo el esfuerzo para que las opciones que había se animaran a llenar los espacios que corresponden a las mujeres en política partidista.
Pero, quizá esto sea solo una muestra más de la incongruencia de Semilla respecto a uno de sus principios, “la equidad” ya que la construcción del movimiento y posterior partido político, no fue tan sólida respecto a este tema, toda vez que, no solo “penosamente no encontraron mujeres” para incluirlas en una planilla, sino tampoco para incluirlas en la base del partido, ya que ellos mismos en su página web, afirman que, “un punto de partida es asegurar la efectiva igualdad ante la ley, de manera que la pertenencia étnica o de género…”