
Por Victoria Godoy
Escribiendo en Vox Populi
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A diferencia de procesos electorales anteriores, en el 2019 teníamos buenas opciones para elegir entre los candidatos presidenciales, como Manuel Villacorta y Manfredo Marroquín, por ejemplo; sin embargo, llegan al balotaje final Sandra Torres y Alejandro Gimmattei, haciendo la peor campaña de segunda vuelta en la era democrática, caracterizada por la ausencia de propuestas, ataques personales y viejas prácticas para comprar al votante, imposible no sentir desencanto y desmotivación para asistir a las urnas el 11 de agosto.
¿Cómo llegamos aquí? El desconocimiento sobre el sistema electoral, el funcionamiento del Estado y la dificultad para acceder a una educación de calidad, la apatía de la población por la política y el creer que lo público no nos compete, son algunas de las razones por las que tenemos los resultados y las autoridades que tenemos. Vale la pena hacer referencia a que el voto desinformado no es exclusividad del área rural, como muchos podrían creer, basta con hacer un ejercicio práctico en su entorno familiar, amistades, compañeros de trabajo, pregúnteles en qué basaron su decisión para emitir su voto, cuáles fueron sus motivaciones y si conoce a quienes eligió, principalmente a los diputados al Congreso de la República, las respuestas nos darán la explicación a la pregunta planteada.
El domingo, serán puestos a prueba los estrategas de la Unidad Nacional de la Esperanza que, tras el descalabro del 2015 y las lecciones aprendidas, iniciaron la estrategia para llegar a la Presidencia de la República al año siguiente, eso incluyó el acercamiento con jefes ediles de otros partidos, siendo estos los que cumplirán un papel fundamental para que el voto rural, su voto duro, llegue a emitir su sufragio. Además, el ausentarse de foros y debates pudo ser acertado, considerando que su imagen genera rechazo y pudo ser presa de declaraciones desafortunadas. Por su parte, VAMOS sin poder ubicar una propuesta concreta o un slogan que lo identifique, apelará al antivoto de su contrincante, aunque sus desatinadas intervenciones públicas también le pasarán factura.
La moneda está en el aire, tendremos un balotaje final caracterizado por el voto desinformado y con alto abstencionismo que provocará que tengamos por cuatro años un Gobierno sin legitimidad. Todo apunta a que el país sigue postergando su desarrollo.