Honduras un país impune para asesinar periodistas

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    Por Wendy Funes

    Escribiendo en Vox Populi

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    Honduras es uno de los países del mundo más riesgosos para ejercer el periodismo. En los últimos años siempre aparece con esos números rojos que dejan al descubierto la impunidad con que actúan los agresores y asesinos de periodistas.

    El informe de 2018 de Reporteros Sin Fronteras denominado “Clasificación Mundial de Libertad de Prensa” resaltó a la nación como una de las más peligrosas para el trabajo de los comunicadores.


    El asesinato de Gabriel Hernández, el 17 de marzo de 2019, en la ciudad de Nacaome, al sur de Honduras, ha evidenciado una vez más, el porqué de la impunidad y el de la ineficiente investigación criminal en Honduras.

    En las primeras 24 horas hubo un manejo deficiente del escenario del asesinato, al periodista le hicieron la autopsia un día después de su muerte, sus familiares se disponían a llevarlo al cementerio, pero ese momento las autoridades llegaron en una morgue móvil hasta su vivienda, ¿sospechoso verdad?

    En los próximos días en lugar de detener a los autores materiales y llegar a los autores intelectuales, la policía exhibió a los primeros sospechosos, esto más parecía un aviso por los medios masivos para que los verdaderos asesinos borraran evidencia, que una actitud honesta para hacer justicia y garantizar derecho a la verdad.

    El enfoque de las líneas de investigación ha ido más por violencia ligada a maras que por las denuncias que hacía el periodista, aunque las personas de su entorno más cercano han denunciado que Hernández era un crítico del alcalde, Víctor Flores y del diputado, Alfredo Saavedra.

    El Comisionado Nacional de Derechos Humanos ha advertido que el 90 por ciento de asesinatos contra periodistas están impunes. En Honduras desde 2001 a 2019, han fallecido de forma violenta 77 periodistas. Hernández es el más reciente y en su caso se demuestra una vez más la impunidad en el país.

    El país se desangra y la ineficiencia de las autoridades es más que evidente, pues no les interesa garantizar la vida de los hondureños.

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