
Por Eluvia Morales
Escribiendo en Vox Populi
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Si usted a diez semanas del evento electoral tiene claro qué candidatos participan siéntase afortunado o afortunada, le aseguro que la mayoría de la población no tenemos esa certeza.
El 16 de junio se elegirán más de tres mil cargos públicos. Son 340 municipalidades, 160 diputados, presidente y vicepresidente de la República.
Por ejemplo, de diputados, ¿conoce quiénes se están postulando por su distrito electoral?; o bien, ¿quiénes compiten por la alcaldía de su municipio? A eso hay que sumar que son más de 20 partidos políticos que están participando y todos postulando candidatos a presidente. Ese amplio abanico de “ofertas” le puede dar una idea de la particularidad que representan estas elecciones.
A este fiambre añádale las limitaciones sobre la propaganda que ha reducido conocer con más tiempo quiénes participan y qué ofrecen. Por cierto, para muchas personas es un alivio, pues habrá menos “cancioncitas” y contaminación visual con pintas en piedras, puentes, paredes y postes; así como evitar los congestionamientos de tránsito por mítines y caravanas.
Siguiendo con las ofertas electorales, el que se recurra a la acción legal ya sea para participar o evitar que participen otros, incrementa la incertidumbre.
En esa dinámica aparece otro factor que añade picante al fiambre electoral, la desinformación.
Es aprovechado por quienes quieren construir un imaginario social a conveniencia. Solo recuerde las elecciones pasadas y se dará cuenta de cómo usted “eligió”.
La desinformación es aprovechada para manipular datos y distorsionar realidades a tal grado de recurrir a argucias legales para resguardarse de la persecución legal por hechos de corrupción. Los partidos políticos ahora son más descarados y abusadores. Irrespetan la Ley Electoral y de Partidos Políticos (LEPP), haciendo campaña aun sin tener la venia del Tribunal Supremo Electoral (TSE); se hacen pasar por víctimas en el contexto de la Ley Contra el Femicidio y Otras Formas de Violencia Contra la Mujer, desprestigiando las condiciones reales de abusos en que viven miles de mujeres en el país.
Seguramente en sus aparatos telefónicos o computadoras usted recibirá memes, videos, fotografías, mensajes y cuanto recurso encuentren para infundir o exaltar temores. Desprestigiar a los contendientes y al TSE.
Tratemos de no caer en sus juegos, evitemos que nos seduzcan a partir de nuestros miedos. No permitamos el abuso, como ciudadanos merecemos respeto, campañas de altura, un proceso y un evento electoral de calidad, donde prevalezca qué y cómo, cuándo y más con qué recursos se prevé trabajar.